CONDICIONES LABORALES Y DIGNIFICACIÓN DEL MAESTRO
Jesús Javier Villegas Moreno
Profesor de Asignatura B de la materia de Derecho
de la Escuela Nacional Preparatoria No. 5
y miembro de la Asamblea del Personal Académico de la UNAM
RESUMEN
Aquí se busca sembrar la reflexión sobre dos ejes que resultan trascendentes para comprender la naturaleza y la transformación del trabajo docente. El primero es conocer y entender las actuales condiciones del trabajo académico. La restructuración productiva, se centra en el trabajador docente individual. La realización de sus actividades estará en función de los nuevos parámetros: eficiencia, eficacia, calidad y pertinencia (enfoques explícitamente empresariales). En esta actualidad, se deterioran las condiciones de trabajo que son agravadas por el proceso de “intensificación del trabajo”, y al intensificar y alargar la jornada, se amplía el grado de explotación por la acumulación y diversificación de funciones y la sobrecarga de jornadas de trabajo administrativo por encima de la academia; se da así un mayor control, vigilancia y presión sobre la actividad académica; existe una precarización del trabajo docente; hacia el final de los cursos, el maestro experimenta “fatiga residual” (que provoca insensibilidad, apatía, depresión, estrés y/o agresividad); en cuanto a los maestros interinos viven en una inestabilidad laboral y se genera una gran angustia y una incertidumbre enorme por saber si serán o no recontratados en el siguiente ciclo escolar. En el caso de los maestros de la UNAM, se ha llegado al “envejecimiento” de la planta docente y por lo tanto se ejerce mayor presión para que se jubilen, ya que la percepción social de la vejez es de improductividad. Ésta es la “justificación ideal” de las autoridades para establecer el Programa de Renovación Académica (y sus subprogramas: retiro voluntario e ingreso de jóvenes académicos, cabe hacer mención que este último subprograma es excluyente, discriminatorio y violatorio de la constitución y de las legislaciones: laboral federal y universitaria, además de que otorga mayor discrecionalidad a los directores y consejos técnicos).
El segundo eje intenta recapacitar y repensar el trabajo docente para reivindicar el proceso de trabajo de los profesores, y para rescatar la categoría del profesor como trabajador de la educación y de la cultura y también hace falta combatir el discurso dominante que ahora ha sustituido el régimen de derechos sociales por una ideología de libertades individuales. La individualización de la relación laboral, lo individual por encima de lo colectivo. En este sentido, no podemos abandonar la lógica de los derechos colectivos y sociales. L@s maestr@s tenemos el derecho y el deber de luchar, optar y decidir a ser nosotros mismos y desmontar ese discurso falso. Ser maestro implica asumir una profesión y enseñar es una profesión que conlleva cierta tarea de quien se compromete con ella, cierta especificidad en su cumplimiento y preparación disciplinaria y pedagógica. Ser maestro, profesor, educador tiene valor y dignidad. La práctica educativa es algo muy serio, y se debe asumir con responsabilidad, con honradez, con preparación y con gusto.
Se hace urgente la lucha por la educación pública en este país. Educación pública, gratuita, laica, crítica, científica y humanística con maestros conscientes, bien formados y en permanente capacitación. Con condiciones optimas de trabajo y salarios dignos y también que los estímulos económicos se integren al salario y lo más importante: que el maestro sea tratado con dignidad.
La lucha por genuinos derechos hace nacer la conciencia, por eso el único camino es la lucha y la unidad en la diversidad de intereses y forma de ser de l@s maestr@s. La lucha por sus derechos: derecho a la libertad de cátedra, derecho a la libre expresión, derecho a la libre reunión, derecho a la libre manifestación de las ideas, derecho de petición, derecho a más y mejores condiciones de trabajo, derecho a un salario digno, derecho al tiempo libre remunerado para dedicarse a su permanente capacitación, derecho a participar de las decisiones que conciernen y afecten su ingreso, estabilidad, permanencia, promoción y profesionalización de su empleo.
Finalmente, el proceso de construcción de los sujetos colectivos contribuirá para que los maestros inicien la comprensión de que sus reivindicaciones son justas y que el trabajo docente en general y el del maestro universitario en particular es digno. El trabajo es la acción que dignifica al hombre, porque en él plasma su saber, su imaginación y creatividad.
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